La incidencia y prevalencia de la cardiopatía isquémica es cada día mayor. El desarrollo de nuevos fármacos y nuevas técnicas para su tratamiento, hace que los pacientes derivados para cirugía de revascularización presenten una mayor edad, mayor comorbilidad y peores condiciones coronarias, aumentando, de manera significativa, el riesgo quirúrgico.
En la actualidad el uso de CEC implica el empleo de al menos 1,5 litros de volumen no hemático. Estas transfusiones aumentan a corto plazo la incidencia de infecciones de herida quirúrgica, sepsis, neumonías e insuficiencia renal, siendo estas complicaciones proporcionales al volumen transfundido.
Autores
L.M. Lara Godoy*, S. García Pérez*, E. Sánchez, I. Khan, I. Tarhini, J.R. González
* Perfusionista. Servicio de Cirugía Cardiaca. Hospital Infanta Cristina. Badajoz